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¿Quién compuso el corrido de Mazatlán y de qué trata?
Este corrido inmortalizó al puerto, en sus letras, hace referencia a todas las bellezas que la ciudad posee, incluyendo a las mujeres.
FOTO: Mayhan Barraza.
Mazatlán, como muchas ciudades con gran historia y encanto, tiene su propia canción que ha logrado inmortalizar su esencia: El Corrido de Mazatlán.
Este tema, emblemático para la ciudad, es parte del patrimonio cultural que los mazatlecos llevan en el corazón. Pero, ¿quién está detrás de esta canción que representa tan bien al bello puerto?
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El autor de esta joya musical es José Alfredo Jiménez, una de las leyendas más reconocidas del regional mexicano a nivel mundial, este compositor y cantante conquistó a los mazatlecos tras componer El Corrido de Mazatlán, una pieza escrita en enero de 1954.
A pesar de haber sido escrita a mediados de los años 50, no fue sino hasta 1968 cuando la canción fue grabada y presentada al mundo en los estudios de la disquera RCA Víctor.
Se dice que José Alfredo pasó una temporada en Mazatlán, donde ofreció varias presentaciones, aunque existen diversas versiones, se especula que el compositor se enamoró perdidamente del puerto, y fue así como decidió escribirle una canción.
Durante su estancia en la ciudad, José Alfredo Jiménez se habría alojado en el legendario Hotel Belmar, lugar de hospedaje para muchas otras estrellas de la época.
Canción
En El Corrido de Mazatlán, el compositor captura diversos aspectos de la ciudad, ahí se menciona la belleza incomparable de las mazatlecas, además, hace referencia a la famosa Catedral de Mazatlán y al Paseo del Centenario en su coro:
“Ay qué bonito paseo del Centenario, ay qué bonita también su catedral. Aquí hasta un pobre, se siente millonario. Aquí la vida se pasa sin llorar”.
Trascendencia
Hasta el día de hoy, la frase del coro “aquí hasta un pobre se siente millonario” ha trascendido más allá de la canción, convirtiéndose en una expresión característica de la ciudad que refleja el encanto y la hospitalidad de Mazatlán.
Esta canción es, sin duda, un himno para la ciudad y una muestra del profundo amor que José Alfredo Jiménez sintió por este rincón del Pacífico mexicano.
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