Sinaloa | Norte
¿Qué pasa con el camarón cuando azota un huracán?
Los pescadores toman decisiones arriesgadas por el temor a la migración de las especies marinas durante estos fenómenos meteorológicos.
FOTO: Esthela García.
Los pescadores de Sinaloa lo saben mejor que nadie, es una regla no escrita que cuando un huracán golpea el Pacífico mexicano, los sitios de captura de camarón se ven afectados y la pregunta surge ¿qué sucede con el camarón cuando se enfrenta a la furia de un huracán?
Durante un huracán, el camarón, al igual que otras especies marinas, busca refugiarse en el fondo del mar, protegiéndose de las marejadas. Los huracanes provocan que las corrientes alteren el equilibrio en el fondo marino, levantando sedimentos y desorientando a las especies que dependen de la estabilidad de las aguas para alimentarse.
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En estos momentos, el camarón se repliega, lo que provoca una reducción en las zonas de captura tras el paso de la tormenta.
Curiosamente, la temporada de huracanes coincide con el periodo de mayor migración del camarón. Mientras el fenómeno meteorológico sacude el océano, el movimiento en el fondo marino hace que las especies se desplacen, y algunas de ellas pierden sus fuentes de alimento momentáneamente. Para los pescadores las capturas se vuelven más difíciles y, en muchos casos, las zonas de pesca quedan temporalmente inutilizables.
No todos los pescadores esperan a que la tormenta pase, algunos, arriesgándose a las inclemencias del tiempo, salen al mar antes de la llegada del huracán, intentando pescar lo suficiente antes de que las condiciones se vuelvan incontrolables.
Este riesgo no siempre termina bien, un ejemplo trágico fue el huracán Paul en 1982, que cobró la vida de 1,625 personas, muchas de ellas pescadores de Sinaloa y Baja California Sur, que no lograron regresar a tiempo.
Desde ese desastre, la mayoría de los pescadores responden al primer llamado de Capitanía de Puerto para regresar a tierra, aunque algunos aún se arriesgan en busca de una captura más abundante.
Temor
Los huracanes son temidos por los pescadores experimentados, ya que en alta mar resultan invencibles, el viento y las marejadas pueden fácilmente conducir a una embarcación al naufragio, como ha sucedido en numerosas ocasiones. Por ello, cuando un huracán azota, lo más sensato es mantenerse lejos del océano y esperar a que la naturaleza se calme, aunque esto represente que el camarón se esconda y sé más difícil su captura.