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Suben 144 escalones de rodillas, feligreses le demuestran su amor y devoción a la Virgen de Guadalupe
Cada 12 de diciembre miles de feligreses acuden a La Lomita-Culiacán a festejar el día de la Virgen de Guadalupe
FOTO: Brandon Sainz.
Suben 144 escalones de rodillas, los feligreses le muestran su amor, devoción y agradecimiento a la Virgen de Guadalupe en La Lomita de Culiacán.
El 12 de diciembre es una fecha en la que millones de mexicanos se reúnen en los templos para festejar el Día de la Virgen de Guadalupe, un ambiente de mucha paz, amor y alegría es lo que se respira por las parroquias.
En esta ocasión tocó visitar La Lomita de Culiacán, en donde sus alrededores se llenaron de puestos de alimentos que tanto gustan como el riquísimo atole, chocolate, las aguas frescas y por supuesto los alimentos, desde los tamales, los típicos tacos y las gorditas para este tiempo de frío.
Y no pueden faltar los comercios de flores y velas que la comunidad le regala a la Virgencita como muestra de agradecimiento y amor.
Durante este festejo, se instalan juegos mecánicos, se realizan vendimias de artesanías, y todo tipo de artículo en devoción a La Guadalupana. Hasta la banda sinaloense suena al son de las mañanitas, por las inmediaciones de La Lomita, y también peregrinos cantando las canciones de la virgencita.
Familias enteras suben las escaleras de La Lomita, algunos con una «manda» en cumplimiento a la Virgen, de hecho, los feligreses que se hincan de rodillas y recorren el templo por lo regular es por una muestra de agradecimiento por algún acto de fé que le pidieron a la virgencita y se los cumplió.
Historias conmovedoras a lo largo y ancho del país se pueden topar en esta celebración.
Cerca de 32,000 personas han hecho acto de presencia apenas en el inicio del día de la Virgen de Guadalupe en La Lomita Culiacán.
Actualmente son millones los creyentes alrededor del mundo ante los milagros y bendiciones de la Virgen de Guadalupe.
Fue un 12 de diciembre de 1531, cuando la Virgen María se apareció a Juan Diego por cuarta vez en el Cerro del Tepeyac, actualmente un lugar representativo para los católicos. Según con las tradiciones populares, a Juan Diego, nativo de Cuautitlán, buscaba ayuda para su tío, quien se encontraba enfermo.
La Virgen de Guadalupe se apareció ante el hombre humilde junto al «Pocito» y le dijo que su familiar ya estaba sano.